viernes, 29 de febrero de 2008

En la Lluvia

Hace unas horas, estaba en la lluvia, bajo ella, con mi paraguas. Esperando a un colectivo que se tomo la eternidad en venir. Estaba en la lluvia, pensando en vos. Esa lluvia que nos une desde la primera vez que viniste a casa, hasta el día que te fuiste para no volver. Las gotas que caen dejaron de ser solo eso hace mucho, para ser parte tuya y mía. Y ahora no estas. La lluvia está incompleta.
Como nube pasajera, mis gotas caen azarosamente, sin mucho calculo. No les importa a donde están llendo pues están solas, y cuando estas solo, caes hacia ningún lado.
Y me encuentro acá redactando lo que pensaba hace unas horas y llego a la misma conclusión: Te extraño. Cual lluvia torrencial que no mide sus actos y es la puta gloria 10 minutos, para morir eternamente, he notado que del 2007, juntos, no tengo casi ningún recuerdo. No porque no hayan pasado cosas buenas, sino porque no les di la importancia necesaria. De 2006 y 2005, miles de recuerdos, pero en el 2007, yo estuve ausente, al menos en parte.
De tan solo haber sabido tu sentir, seguramente, hubiese caído antes, hasta capaz que arreglarlo. Pero soy colgado, ya lo sabes, ni lo imagine, hasta que me lo dijiste. Y cuando me lo dijiste, de helado que me quede, no te pude decir nada mas que "bueno esta bien".

NO LOCO, NO ESTA BIEN UNA MIERDA, LA MINA QUE AMAS SE ESTA LLENDO POR LA PUERTA DE TU CASA PARA NO VOLVER ¿Y VOS LE DECÍS "BUENO ESTA BIEN"?, NO ESTA BIEN UNA MIERDA, PELEA POR LO QUE QUERÉS.

Tarde pero seguro, esta idea se me vino a la mente, y luche dentro de lo posible después de estos meses de silencios incómodos, para recuperarte. Mi lucha ha terminado. He aquí un épico fracaso de lunas deseclipsadas y cafes llenos que nunca fueron tomados.
Y qué más fracasado, que escribir todo esto acá, donde sé que solo lo vas a leer, no?

Aun así, mi estado catatónico al vos decirme el porque, no me permitió decirte, que nunca imagine que eso fuese tan así, que te lastimase tanto, que nunca significo tanto para mi como para que, si hubiese sabido como te hacia sentir, te hubiese siquiera pedido el venir tanto.
Venir a mi casa, a mi cama, bajo la frazada, escuchando la lluvia en el techo, en el toldo, en la terraza. Venir a mi cama, conmigo, a dibujar las paredes y cosas. A hacernos uno en la lluvia, nuestra lluvia.

Y hoy llueve.

Ya arriba del colectivo, que se dignó a venir, miro por la ventana, te extraño y dejo caer algunas gotitas de nuestra lluvia por mis mejillas.

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